Los servicios de seguridad pública y atención de emergencias requieren unos sistemas de comunicación robustos y sólidos que permitan un intercambio de información fiable y rápido, para una resolución eficaz de los diferentes incidentes a los que se puedan llegar a enfrentar.
De este modo, las redes de comunicación empleadas por este tipo de agencias en primer lugar deben ser seguras, y capacidades como la encriptación de las comunicaciones y la autenticación de usuarios son una obligación. Es necesario que tengan una capacidad de respuesta inmediata, sin latencias, y que la calidad de audio sea máxima en cualquier escenario de operación, porque todos estos factores van a tener un impacto directo en cómo de rápido se toman las decisiones durante una emergencia y en cómo se movilizan los efectivos desplegados.
Es asimismo valioso que el sistema ofrezca información de contexto; factores como las condiciones ambientales o la localización pueden ser claves en la resolución de una situación de emergencia si son conocidos por los responsables de la toma de decisiones que coordinan los operativos desde el centro de control.
Por supuesto, dos requisitos fundamentales son la disponibilidad de las comunicaciones, debe estar 99,999% garantizada ante cualquier situación, y una cobertura óptima que garantice la comunicación en cualquier lugar; es por ello importante, que en el diseño de la red se contemple toda el área que es necesario cubrir, incluyendo interiores, así como las soluciones tácticas necesarias para en un momento dado dar cobertura a zonas de sombra o de difícil acceso.
Además, dado que este tipo de operaciones pueden desarrollarse en cualquier tipo de escenario, un factor determinante es la resiliencia que tanto el equipamiento de red como los dispositivos personales tienen que mostrar frente a cualquier tipo de entorno, para que puedan soportar condiciones extremas de frío, calor, humedad o salinidad, vibración o inmunidad electromagnética, entre otras.
Finalmente, es esencial que el sistema pueda dar servicio a todas las agencias que trabajan en la resolución de una emergencia. Para que bomberos, policías, ambulancias, servicios médicos, etc. puedan trabajar de una manera coordinada y eficaz, es indispensable que puedan establecer una comunicación permanente entre ellas, y es asimismo importante que la red tenga la capacidad de establecer prioridades en el acceso a los recursos radio.
Hasta un pasado reciente, todas las necesidades de comunicación de este tipo de agencias quedaban satisfechas con las tecnologías PMR de banda estrecha. En primer término, resolvían con total garantía los requisitos de voz y de datos cortos. Posteriormente, se empezaron a desarrollar nuevos servicios wideband, como el envío de fotos y ficheros o la consulta de base de datos o correo electrónico gracias a una cierta evolución de los estándares que mejoraron sus capacidades.
Con la irrupción de las tecnologías de banda ancha, han surgido nuevas necesidades ligadas al intercambio masivo de datos para las que las tecnologías de banda estrecha no son válidas. Estas están principalmente ligadas a aplicaciones de vídeo, pero también a otros servicios relacionadas con la información de contexto: monitorización de sensores (fijos y personales), localización, aplicaciones de inteligencia artificial que permiten correlacionar incidencias, comportamientos y tendencias… Nuevos conceptos como el IoT, AI o big data han entrado de pleno en muchos sectores y, en un mundo conectado como el actual, también las agencias de seguridad pública deberían estarlo.
Así, las tendencias actuales nos muestran que ya en el medio plazo, el futuro de las operaciones de seguridad pública pasa en primer lugar por incorporar nuevas fuentes de información multimedia como el vídeo en el centro de control, acceso a tendencias en RRSS, correlación con el histórico de incidentes, etc., que sirvan para facilitar y mejorar al máximo el proceso de toma de decisiones. Con el objetivo de detectar los riesgos que pueden aparecer en diferentes situaciones, junto con las nuevas fuentes de datos, está surgiendo todo un ecosistema de aplicaciones ligadas a la inteligencia artificial e inteligencia de datos así como al análisis de vídeo en tiempo real.
El uso de cámaras personales que no sólo graban, sino que son capaces también de transmitir la señal de video, el empleo de sensores que monitoricen en todo momento las condiciones físicas de los agentes, la utilización de servicios de videovigilancia desde drones, o la aplicación de la Inteligencia Artificial al análisis del video formarán parte de la realidad de la seguridad pública en poco tiempo. Para hacerlo posible, será necesario eso sí contar con redes de comunicación estables y seguras, y con soluciones de Centro de Control capaces de gestionar de manera unificada todos esos flujos de información.