La aparición progresiva de las redes 5G está configurando un nuevo escenario para diferentes industrias en su camino hacia la digitalización, permitiendo la implementación y desarrollo de un nuevo conjunto de aplicaciones orientadas a incrementar la productividad y optimizar los procesos, consiguiendo reducción de costes y mejoras en la operación.
Estas aplicaciones exigen nuevos requerimientos a la infraestructura de red, como la necesidad de comunicación en tiempo real (Baja latencia), transmisión de grandes volúmenes de datos, tanto en envió (Uplink) como en recepción (Downlink) y la comunicación de un sinfín de sensores (IoT), que combinados con tecnologías como “Edge computing”, Big data e inteligencia artificial (IA), permitirán la implantación de control remoto a distancia de maquinaria, vehículos autónomos y no tripulados, mantenimiento predictivo en tiempo real y muchas otros casos de uso que forman parte de la cuarta revolución industrial, también conocida como Industria 4.0 .
El siguiente gráfico muestra alguno de los valores que requieren estas aplicaciones, como son la latencia, Downlink (DL Speed) y Uplink (UL Speed). Dependiendo del sector, necesitaremos un mayor o menor nivel de dichos parámetros y, si los valores actuales son distintos a los valores deseables, se llega a la conclusión inequívoca de que los recursos disponibles no son suficientes y de que es necesaria una nueva infraestructura de red.
Las redes privadas que mayoritariamente se emplean a día de hoy ofrecen importantes desventajas. En primer lugar, ofrecen un bajo rendimiento en movilidad y, al utilizar frecuencias no licenciadas están más expuestas a interferencias y ciberataques. Además, suponen unos costes elevados, ya que los diferentes servicios necesitan redes independientes y, al usar frecuencias altas, se requiere un mayor número de repetidores incrementando los costes de despliegue y mantenimiento.
Así, una tecnología como el Wi-Fi no puede satisfacer las nuevas exigencias de la industria 4.0, en términos de capacidad, cobertura, latencias e interferencias.
Frente a ello, las redes celulares privadas soportan la movilidad de forma nativa, permitiendo una operación sin cortes, y ofrecen los más altos niveles de calidad de servicio (QoS) que requieren estas aplicaciones. Además, emplean bandas licenciadas lo que evita las interferencias y, al utilizar frecuencias más bajas, mejora el CAPEX y el OPEX al necesitar menos sitios. Finalmente, se despliegan como una tecnología estándar y totalmente abierta, lo que se traduce en un mercado de libre competencia con mayor número de proveedores que fomentan la evolución e incorporación de futuras aplicaciones dentro de un marco de trabajo claro e innovador
De este modo, las redes privadas de banda ancha ofrecen múltiples ventajas para las diferentes industrias verticales:
- Autogestión que garantiza la flexibilidad en producción
- Un ecosistema totalmente estandarizado que facilita el desarrollo de nuevas aplicaciones
- Mayor escalabilidad
- Monitorización en tiempo real
- QoS mediante una red dedicada para aplicaciones industriales
- Soporte de una comunicación ultra fiable de baja latencia (URLLC)
- Máxima privacidad y seguridad de los datos
- Protección de Know How, Datos de Producción y atentes
UN EJEMPLO, SMART MINING
Veamos las ventajas en un escenario específico como es la minería. La “smart mining”, va orientada a mejorar los procesos a través de sensores y cámaras. Por ejemplo, los vehículos autónomos previenen accidentes y reducen el consumo de combustible, y esto supone para la empresa incrementar la productividad un 34% y además reducir los costes un 13%, dos objetivos básicos en el proceso industrial.
La monitorización en tiempo real puede aumentar el tiempo de funcionamiento de los equipos hasta en un 150% y el control remoto de los equipos de perforación un 60%. El empleo de drones para ciertas tareas (seguridad, cartografía) supone unas reducciones de costes de hasta un 51%, y el control inteligente de ventilación no sólo reduce los costes en un 60%, sino que además mejora los niveles de calidad del aire, algo absolutamente fundamental en las explotaciones mineras.
En un entorno como este, una red celular privada tiene la capacidad de transmisión y los niveles de QoS necesarios para ser el canal de comunicación necesario para todos estos nuevos servicios y aplicaciones.