Las agencias de seguridad pública y atención de emergencias juegan un papel vital, y es importante que estén dotadas de las mejores herramientas para desempeñar su labor de la manera más eficaz posible, pero también de la forma más eficiente, mediante la optimización de todos los recursos disponibles.
Dentro de todas estas herramientas, las soluciones de centro de control juegan un papel determinante; en primer lugar, porque es la forma a través de la cual los ciudadanos pueden reportar los incidentes, pero, además, porque dado que en la resolución de este tipo de situaciones suelen intervenir distintas agencias que son gestionadas por entidades diferentes y que ni siquiera utilizan el mismo sistema de comunicación, es importante que su acción esté bien coordinada.
Así, es importante que las entidades gubernamentales se planteen la necesidad (y obligación) de disponer de una solución de centro de control para atención de emergencias con las máximas funcionalidades y posibilidades que ofrezca la tecnología.
Ésta debe configurarse como una plataforma de comunicación unificada, como un conjunto de herramientas que permita trabajar de manera integrada con múltiples tecnologías. Por un lado, las que emplea el ciudadano: telefonía fija, celular, whatsapp, aplicaciones, etc. y por otro, las que son utilizadas por las propias agencias: TETRA, DMR, P25, LTE, analógicos… Así, los centros de nueva generación deben poder integrar múltiples tecnologías.
Pero, ¿qué más características deben tener estos centros de control? Deben ser, en primer término, modulares. Hay muchos tipos de centro de control y por ello estas soluciones requieren flexibilidad en el suministro, en las licencias, en la capacidad de configuración… con el objetivo de ofrecer soluciones personalizadas y que den respuesta a las necesidades particulares de cada proyecto.
Es importante que además sea escalable; la solución debe poder crecer en el tiempo en aspectos como el número de usuarios, las tecnologías que integre o las ubicaciones físicas que pueda llegar a tener. En este sentido, las arquitecturas virtualizadas y de hardware escalable ofrecen más posibilidades.
Es asimismo valioso que la solución sea configurable. Cada país, cada región o incluso la manera de operación de cada agencia es diferente y es necesario personalizar cosas tan básicas como la forma en la que se registran las calles o el formato de los nombres de los usuarios… Además, en entornos donde se trabaja con información sensible, es importante la configuración de la privacidad, cómo se distribuye la información, quién tiene acceso y cómo se protege.
Además, es importante que todas las tecnologías en las que se basa la solución sean abiertas, que los protocolos que integra sean estándares (SIP nativo, VoIP, flujos de video digital…) así como que cumpla los estándares de referencia en la industria para el intercambio de datos, localización, etc.
Cualquier solución de centro de control debe poder estar operativa 24×7, por lo que ha de ser fiable. Para ello serán necesarios distintos niveles de redundancia para garantizar la máxima disponibilidad, que incluso en caso de fuerza mayor, existan mecanismos para seguir prestando servicio.
Finalmente, y como ya se ha comentado, ha de ser interoperable, hay que tener en cuenta qué características de interoperablidad ofrece esa solución, no solo a nivel de tecnologías de comunicación, sino también de las propias agencias y de sus aplicativos y fuentes de datos, etc.
Como resumen, el centro de control ideal sería aquel que permitiera un despliegue en gran escala y distribuido (multi-sitio), que se configurara como una herramienta multi-agencia con personalización flexible para cada escenario operacional y con nodos nativos en SIP para necesidades de comunicación escalables. Además, ha de garantizar disponibilidad para la operación continua incorporando elementos redundantes, y debe de dar soporte de servicios banda ancha nuevos como el streaming de vídeo en tiempo real.